domingo, 20 de enero de 2013

DEL MOMENTO PREVIO AL BESO

Levantas la mano y piensas en la mano;
levantas los ojos, y piensas en tus ojos.
Piensas sin saberlo en respirar,
y sin saberlo,
piensas en no cerrar los ojos
y dormir.
Tal vez piensas que mañana no despiertes
a la hora estipulada
-desayuno ducha fresca ideas que nunca llevarás a cabo-
y al hacerlo
tal vez piensas que no importa demasiado
-es posible que no importe demasiado-.
Piensas en tus cosas, a qué saben tus cosas
-tampoco es cierto-
en dónde cómo y cuándo conseguiste esas cosas.
Estas cosas.
Y por fin llega el momento 
-era un momento inevitable al fin y al cabo-
y piensas -por fin- en la palabra blanco,
a cómo suena, a cómo sabe,
ese modo en que los cuerpos se contraen y se repliegan con el blanco,
poco a poco piel a piel los dos más cerca de lo blanco,
del momento del origen.
Porque hemos esperado todo el día para ésto
y justo ahora
-solo ahora-
es ahora cuando dejas de pensarnos.

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